Smart Glasses, más allá del soporte remoto

Hoy en día, ya nadie se atreve a negar los muchos beneficios que aportan dispositivos de la Industria 4.0 como son las Smart Glasses (Gafas Inteligentes) para todo tipo de actividades de mantenimiento, telesupervisión de procesos, etc.

En ámbitos industriales para muchos activos y recursos críticos donde su disponibilidad para su uso es importante, como por ejemplo el mantenimiento remoto del parque de maquinaria de aerogeneradores como asistente virtual entre el técnico que opera (in situ) y el técnico especialista en remoto que da el soporte online

Reuniones individuales o incluso ya empieza a ser una realidad, reuniones entre varios usuarios con Smart Glasses (in situ) y usuarios de escritorio (en salas donde se centraliza el control industrial).

También empiezan a demostrar buenos resultados en multitud de procesos logísticos como por ejemplo asistentes para el picking.

Aunque también es cierto que tienen que seguir mejorando sus prestaciones pues la invasividad permanente implica que aún son soluciones no del todo industrializables. Someter a una persona 8h/día (un turno de trabajo, con sus pausas) a estar mirando continuamente referencias y QR´s o escuchando ininterrumpidamente audio-instrucciones, hace que la validación del puesto de trabajo sea más que discutible desde el punto de vista de la salud laboral.

Por otro lado, dada la rapidez en que están evolucionando estos dispositivos, más y mejores prestaciones y precios cada vez más competitivos, hoy me aventuro a afirmar que sí que se pueden diseñar soluciones validadas por los departamentos de RRHH, riesgos laborales, etc., donde se utilicen de manera prolongada e ininterrumpida en el trabajo.

Eso sí, es fundamental que no solo esté presente una empresa tecnológica (experta en soluciones de Smart Glasses) sino ingenierías y consultoras que conozcan perfectamente todos estos otros requerimientos operativos, de salud laboral, de seguridad industrial, etc.

Por ejemplo, y respecto a que la invasividad es un factor determinante. ¿Cuántos videos de soluciones teóricamente comerciales existen donde se ven operarios logísticos conduciendo apiladores o carretillas, circulando por los pasillos de almacenes y siendo guiados por Smart Glasses que mediante Realidad aumentada superponen información digital para llevarlos al punto de destino?

¿Hasta qué punto esto es seguro? Mozos logísticos conduciendo máquinas en espacios donde conviven operarios, y en donde y debido a esta superposición de información visual en formato digital con gafas semi inmersivas, puedan provocar despistes al chófer y que se produzcan accidentes laborales. Precisamente por ello, grandes firmas de automoción, alimentación u operadores logísticos no permiten el uso de estas tecnologías en “movimiento o circulación” para su personal logístico.

Sería el mismo supuesto que si nos permitieran conducir en una ciudad, utilizando Smart Glasses y abandonando las pantallas de navegación que llevan los coches de serie. La de accidentes que se producirían por todo tipo de despistes humanos debido al nivel de inmersión e invasión de la tecnología.

De ahí que afirme, que hoy en día ya se pueden plantear soluciones tecnológicas de baja invasividad permanente, pero diseñadas con funcionalidades p.ej. que inhabiliten automáticamente cuando el operario está en circulación (p.ej. mediante los sensores inerciales de las gafas) o que solo intervengan cuando el operario las consulta (tipo “Siri” o “Alexa”) o que solo se activen cuando detecten posibles incidencias que el operario no identifica (concepto “no news, good news”).

Ahora bien, ya podemos ver la estrecha relación que tiene el pensar en una aplicación en concreto y su homologación industrial, con el nivel de inmersión visual del modelo de gafa: hay fabricantes con Smart Glasses de mínima inmersión (manos libres y elevadas prestaciones en audioinstrucciones, pantalla abatible, etc., como si la gafa fuese un “EPI más”). Y también hay que considerar la aplicación software a embarcar en el dispositivo, pues no es lo mismo a nivel de invasión visual, que las gafas proyecten objetos 3D superpuestos al campo visual real que simples etiquetas de texto o 2D “muy ligeras”

Pero también quiero mencionar que las Smart Glasses no solo tienen un enorme potencial de aplicaciones en entornos industriales de manufactura y logística; por citar algunos otros entornos: en construcción, para plantas petroquímicas, en centrales energéticas, etc. O aplicaciones tan diferentes como el de emergencias médicas; que gracias al 5G, se permitirá hacer valoraciones a tiempo real desde el lugar donde se atiende al paciente, con el personal médico de emergencia (in situ) y el hospital donde a priori se trasladará el paciente tras ser estabilizado.

En estas situaciones tan críticas, la agilidad e inmediatez de respuesta es fundamental por parte de un equipo descentralizado de profesionales multidisciplinares que deben actuar conjunta coordinadamente.

Y si encima, consideramos cómo este año de pandemia ha catalizado muchas de las tecnologías digitales, vemos que una de las que más ha impactado en su utilización generalizada en las fábricas son las Smart Glasses y videollamadas con Teams, Zoom u otras plataformas.

De manera que no se penalice la imposibilidad a profesionales externos (p.ej. de mantenimiento industrial), ir a las fábricas. Reducir su presencialidad cuando sea imprescindible (p.ej. para hacer reparaciones directas) y que las intervenciones sean realizadas directamente por los técnicos de mantenimiento de la empresa bajo soporte remoto externo.

O, por ejemplo, el Virtual Commissioning, con puestas a punto en remoto con personal propio en la fábrica y técnicos de los proveedores que realizan dichos servicios en remoto mediante Smart Glasses.

Pero este artículo se titula “Smart Glasses, más allá del soporte remoto”, por tanto, quiero explicar una potencial aplicación que desde RLE IBERIA llevamos meses ideando y desarrollando.

Al igual que el Virtual Commissioning empieza a ser una realidad en las fábricas más modernas en cuanto a adopción de tecnologías 4.0, nosotros lo hemos bautizado como RMV-REMOTE MANUFACTURING VALIDATION y una primera solución llamada SCL-Smart CheckList.

Se centra en una realidad de años que está consolidada en todo tipo de fábricas industriales, que adquieren instalaciones, máquinas, utillajes o medios productivos (como p.ej. moldes o matrices) en proveedores localizados por todo el mundo; grandes talleres especialistas muy competitivos en costes y que dado este mundo global en que nos encontramos, existen clústeres geográficos como el de los moldistas en Portugal o matriceros en China que concentran gran parte de las compras de moldes y matrices de la industria automovilística.

Es obvio que la competitividad de estos proveedores radica en su nivel especialización, materializándose en unos precios super ajustados (respecto p.ej. a competidores de aquí) y cumpliendo los requerimientos (de calidad, plazos de entrega, etc.) que sus clientes les exigen en sus proyectos específicos (no nos referimos a compras de equipos de catálogo sino proyectos llaves en mano “turnkey”).

Dadas estas inversiones, en época de pandemia todos sabemos que se anularon los viajes al extranjero para supervisar, o hacer seguimiento o validar p.ej. un molde en las instalaciones del proveedor en China.

Pero en pre y post pandemia, ya había una serie de claras deficiencias debido a las considerables distancias entre cliente y taller subcontratado, independientemente de que los precios compensaban trabajar con este proveedor y no con uno más cercano. Puesto que nos referimos a encargos de proyectos que implican meses de fabricación, necesidad de supervisar progresivamente la máquina encargada, etc.

En primer lugar, los costes de viajar (el desplazamiento en sí, dietas y alojamientos) todo el equipo de seguimiento y validación a estas distancias (entre el cliente y el taller en China p.ej.), provocaban el minimizar el número de viajes y el equipo de personas.

Pero, en segundo lugar, mientras tienes el equipo desplazado p.ej. 1 semana en el taller/proveedor de China, estas personas no pueden atender de la misma manera su día a día en la fábrica, pues obviamente no están aquí.

Por todo ello, el resultado es que el seguimiento y las validaciones progresivas del molde o de la matriz encargada a tu proveedor, son los mínimos necesarios in situ. Y la consecuencia, por mucho que se envíen todo tipo de checklists y documentos ingenieriles para que sean cumplidos por el taller, es que una vez llega la máquina o el utillaje p.ej. a tu planta, surgen todo tipo de incidencias que requieren “trabajos extra” que no estaban contemplados, contratando a talleres cercanos (pues obviamente la matriz p.ej. no va a volver al taller de China).

La solución desarrollada por RLE IBERIA, RMV-REMOTE MANUFACTURING VALIDATION en concreto el producto SCL-Smart CheckList, posibilita completamente que a pesar de la distancias físicas entre el cliente y el taller contratado para la fabricación de tu máquina o utillaje p.ej., puedas llevar un seguimiento diario y continuo para ir validando la fabricación y montaje paso a paso de tu máquina, sin necesidad de desplazarte al taller pero disponiendo de las mismas garantías que si estuvieras allí (acceso a lo que el técnico in situ está haciendo y viendo en tu máquina, registrando todo aquello que le exijas para llevar a cabo un seguimiento del proyecto, etc.)

En definitiva, “eliminar” el factor distancia en el seguimiento y validación progresiva de tus utillajes que son fabricados en tus talleres contratados. Montando videoconferencias de todo tu equipo de ingeniería desde la propia fábrica con tu proveedor en Turquía, como una reunión más en la agenda del día. Obteniendo automáticamente los checklist programados donde se registren todos aquellos pasos en los que el proveedor debe proporcionarte trazabilidad de su trabajo realizado. Convocando videollamadas no planificadas ante incidencias que has identificado, para corregir y tomar decisiones en consenso.

En resumen, gracias a la solución SCL y las SMART GLASSES dispondrás de AGILIDAD y GARANTÍAS en tus proyectos ingenieriles que implican fabricación con terceros. Eliminando SOBRECOSTES POR TRABAJOS EXTRAS a hacer que no se detectaron en fase de fabricación, previa al montaje de todos los componentes.

Pero también es una solución ideal para aquellos talleres de aquí, los cuales, en un mundo global, tienen clientes internacionales o nacionales, pero a ciertas distancias, donde estas distancias penalizan la competitividad.

Poder ofrecer p.ej. un matricero de aquí, a sus clientes el que puedan hacer seguimiento y validaciones parciales de la fabricación de sus encargos sin tener que desplazarse, simplemente conectándose a un portal web donde el técnico matricero con las gafas puestas pueda mostrar al cliente el estado de fabricación de su matriz, es ofrecer un valor diferencial, por lo tanto “eliminar” el factor distancia y obviamente reducir costes en el proyecto.

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